
El oro frente a las monedas fiduciarias: motivos por los que los bancos centrales confían más en el oro
07. 08. 2025Bc. Miroslava Sojková, Social Media Director
En un mundo en el que la oferta de dinero va en aumento sin un respaldo real y las monedas fiduciarias pierden valor, el oro constituye una protección probada por el tiempo que ofrece un apoyo independiente y estabilidad. Su limitado suministro y su independencia de ciclos políticos lo convierten en la herramienta ideal para diversificar reservas. Al tiempo que los bancos centrales acumulan oro como medida de protección frente a la incertidumbre, los inversores de a pie también deberían pensar en incorporarlo a sus carteras. No solo por los potenciales beneficios, sino (y lo más importante) por la estabilidad que ofrece en tiempos turbulentos. El oro representa el regreso a la certidumbre que el mundo necesita.
Las monedas fiduciarias frente al carácter físico del oro
En nuestro primer artículo, «El oro supera al euro: ¡el mundo tiene un nuevo segundo activo de reserva!», pusimos de relieve el gran cambio que se produjo en la estructura de las reservas globales: el oro ha adelantado al euro y se ha convertido en el segundo activo de reserva más importante del mundo, por detrás del dólar estadounidense.
Este cambio no se produjo de la noche a la mañana. Es el reflejo de tendencias a largo plazo: tensiones geopolíticas, presiones inflacionistas y la creciente deuda internacional. Por eso continuamos con esta miniserie. En esta segunda parte, analizamos las diferencias fundamentales entre el oro y las llamadas «monedas fiduciarias», y los motivos por los que los bancos centrales buscan cada vez más tener oro como respaldo para sus reservas.
Monedas fiduciarias: instrumentos basados en la confianza, no en la certeza!
Las monedas fiduciarias, como el dólar estadounidense, el euro o el yuan chino, dependen completamente de la confianza depositada en su emisor, es decir, un estado o banco central. No están respaldadas por el valor inherente de ninguna materia prima. Cuando los gobiernos se enfrentan a un endeudamiento creciente, a déficits fiscales y a presiones geopolíticas, dicha confianza se debilita. Y, cuando se amplía la oferta de dinero sin un respaldo real, estas monedas pierden su equilibrio rápidamente.
Oferta de dinero a escala mundial con el paso del tiempo

Fijémonos en el aumento de la oferta de dinero durante los últimos años: grandes sumas de dinero recién creado sin respaldo real. La consecuencia natural es la inflación, la depreciación de la divisa y la pérdida de poder adquisitivo.
Desde el fin del patrón oro en 1971, el dólar ha perdido aproximadamente el 85 % de su valor. Europa se enfrenta a una elevada inflación y a presiones presupuestarias. El porcentaje del euro en las reservas globales oficiales ha ido disminuyendo lentamente hasta reducirse a solo el 16 % en 2024. Actualmente, la deuda mundial supera los 324 billones de dólares estadounidenses, de los cuales cerca del 30 % se corresponde a deuda estructural. El lastre que supone esta deuda creciente mina la confianza en las monedas fiduciarias, lo cual promueve el atractivo del oro como «refugio seguro».
El oro tiene su propia clase
El oro no es un activo erigido sobre promesas o la confianza en las instituciones. A diferencia de las monedas fiduciarias, que los bancos centrales pueden expandir sin límite, el suministro de oro tiene limitaciones físicas, pues las reservas mundiales solo aumentaron del 1,4 % al 2,2 % al año.
El oro no está vinculado a ningún país ni sistema político, ni presenta riesgos de contraparte. Su valor no depende de la solvencia de un estado o institución.
Se acepta internacionalmente, ha sido probado por el tiempo y ha conservado su valor en el transcurso de guerras, reformas monetarias y crisis financieras.
Por eso, hoy en día, los bancos ya no consideran que el oro sea una reliquia del pasado, sino que se trata de una herramienta moderna para salvaguardar la estabilidad monetaria. El oro se ha convertido en el eje central de la diversificación de reservas, al ser universal, supranacional e independiente de ciclos políticos.
La confianza está cambiando
De acuerdo con datos del BCE y de Financial Times de 2024:
- En la actualidad, el oro conforma el 20 % de las reservas de cambio globales, sobrepasando al euro, que ha descendido por debajo del 17 %.
- Los bancos centrales adquirieron más de 1 000 toneladas de oro en 2024, lo que supone el tercer año consecutivo de récords históricos.
- El total de las posesiones oficiales de oro ha superado las 36 000 toneladas, el nivel más alto desde la época de Bretton Woods.
- Hoy, uno de cada cinco dólares de reserva está respaldado por oro.
Estas cifras hablan por sí solas: el oro ya no es una alternativa, sino un regreso a la certeza!
Como reconocen que las monedas fiduciarias son vulnerables en tiempos de crisis, los bancos centrales están canalizando un porcentaje aún mayor de sus reservas hacia el oro, un activo que ha sobrevivido a guerras, al colapso de imperios y a reformas monetarias.
El oro reclama su posición. No se trata únicamente de un refugio seguro, sino que se está convirtiendo rápidamente en el eje de una nueva política de reservas. Poseerlo es poseer el futuro.
Por eso, los inversores individuales deberían pensar en el oro físico como parte de su base financiera. Además de por las ganancias, por la estabilidad: del mismo modo que proceden los bancos centrales.




